La nueva ortografía de la lengua ya está disponible, desde
diciembre del 2010, para los quinientos millones de hablantes
en español. Es la más "coherente, exhaustiva, y simple" en los
tres siglos de historia de unas normas ortográficas que
arrancaron en 1741, fecha de inicio de la labor de la Real
Academia Española de la lengua.
El académico Salvador Gutiérrez afirma: “El propósito de esta
nueva normativa es favorecer la unidad del español a ambos lados
del Atlántico. La ortografía es el único código común a todos los
países hispanohablantes. Gracias a ella, podemos leer a Vargas
Llosa, Borges y Delibes como si tuvieran la misma voz”.
La cuestión ortográfica no es un problema menor: constituye el
ámbito en el que se hace más patente la unidad de la lengua. En la
inmensa extensión del mundo hispanohablante, el español presenta
variedades fónicas, morfológicas, sintácticas y léxicas. Sin
embargo, comparte unas mismas normas ortográficas. Esta unidad
es un bien de valor incalculable. La ortografía posee repercusiones
educativas, sociales, económicas y culturales.
Estas son algunas de las nuevas normas:
- TILDE EN LOS MONOSÍLABOS
Los monosílabos (palabras que tienen una sílaba) por regla general no llevan tilde, salvo en los casos de tilde diacrítica.
Ejemplos: ti, di, vi, fui, fe, fue, mes, vio, dio, gris, ves, Luis, Ruiz, seis, un.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que a efectos ortográficos, son monosílabos las palabras en las que, por aplicación de las reglas generales, se considera que no existe hiato -aunque la pronunciación así parezca indicarlo- sino diptongo o triptongo. Por eso, algunas palabras que antes se consideraban bisílabas pasan ahora a ser consideradas monosílabas a efectos de acentuación gráfica, por contener alguna de las secuencias vocálicas antes señaladas, y, como consecuencia de ello, deben escribirse sin tilde.
La Ortografía de la lengua española de diciembre del 2010 advierte que se escribirán siempre sin tilde palabras como guion, truhan, hui, ion, fie, Sion, liais…
-LA TILDE DIACRÍTICA EN EL ADVERBIO SOLO Y EN LOS PRONOMBRES DEMOSTRATIVOS
En la nueva edición de la Ortografía de la lengua española hay un paso más en la decisión, adoptada hace ya años, de no tildar el adverbio solo ni los pronombres demostrativos este, ese y aquel. A partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de doble interpretación : “voy solo al cine”.
Los académicos siguen creyendo que no es necesaria la tilde, pero no lo dicen de manera tajante sino con un "a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de doble interpretación", porque "las posibles ambigüedades son resueltas casi siempre por el propio contexto comunicativo".
-SUPRESIÓN DE LA TILDE EN LA CONJUNCIÓN DISYUNTIVA O
Entre las novedades introducidas también está la supresión de la tilde en la conjunción "o" entre cifras, por ejemplo 5 o 6.
Hasta ahora se venía recomendando poner tilde a la conjunción disyuntiva o cuando se escribía entre dos cifras, con el fin de evitar toda posible confusión con el guarismo correspondiente al número cero (se escribía 6 ó 7 para distinguir con claridad esta expresión disyuntiva del número 607).
A partir de este momento la conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra monosílaba átona, y con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos: ¿Quieres té o café?; Tengo 6 o 7 monedas.
- LA ESCRITURA DE PALABRAS CON PREFIJOS
Los prefijos deben escribirse siempre soldados gráficamente a la base a la que afectan cuando esta sea una palabra simple: expresidente, antiácido, exfumador.
Ahora bien, los prefijos se escriben necesariamente separados de la base a la que afectan cuando esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras: ex alto cargo, anti pena de muerte, pro derechos humanos.
-LA "Ch" Y LA "Ll" NO SE CONSIDERARÁN, OFICIALMENTE, LETRAS DEL ALFABETO
La Ortografía de la lengua española considera que la "ch" y la "ll" no son letras del alfabeto, pasando de 29 a 27 letras, un cambio que ya se hizo visible en la edición del Diccionario de la Lengua de 2001.
-TÍTULOS Y CARGOS
Los sustantivos que designan títulos nobiliarios, dignidades y cargos o empleos de cualquier rango (ya sean civiles, militares, religiosos, públicos o privados) deben escribirse con minúscula inicial por su condición de nombres comunes, tanto si se trata de usos genéricos:
• El papa es el obispo de Roma y sucesor de San Pedro,
como si se trata de menciones referidas a una persona concreta
El papa visitará la India en su próximo viaje
Aunque, por razones de solemnidad y respeto se acostumbra a escribir con mayúscula inicial los nombres que designan cargos o títulos de cierta categoría en textos protocolarios, se recomienda acomodarlos también en estos contextos a la norma general y escribirlo con minúscula.
"Para aquellas fórmulas honoríficas correspondientes a las más altas dignidades en el tratamiento protocolario (su santidad, su majestad...), la mayúscula inicial es admisible -aunque no obligada- solo si el tratamiento no va seguido del nombre propio de la persona a la que se refiere: La recepción a Su Santidad será en el palacio arzobispal; pero, si se acompañada del nombre propio, es obligada la minúscula: esperamos la visita de su santidad Benedicto XVI".
- ACCIDENTES GEOGRÁFICOS
Cuando para referirse a un accidente geográfico se emplea el sustantivo genérico seguido de un adjetivo derivado del topónimo al que dicho accidente corresponde, tanto el sustantivo genérico como el adjetivo se escriben con minúscula:
• cordillera andina (el adjetivo andino deriva del topónimo Andes)
• meseta castellana (el adjetivo castellano deriva del topónimo Castilla)
• península ibérica (el adjetivo ibérico deriva del topónimo histórico Iberia).
Sin embargo, cuando el adjetivo no deriva de un topónimo previo va con mayúscula inicial:
• mar Mediterráneo
• mar Mediterráneo
• islas Canarias
- PALABRAS PROCEDENTES DE OTRAS LENGUAS
Las voces extranjeras deben escribirse siempre en los textos
españoles con una marca gráfica que destaque su condición de
palabras pertenecientes a otra lengua: en cursiva o entre comillas.
Esa marca indicará que el término es ajeno a nuestra lengua y que
no se atiene ni la ortografía ni a la pronunciación españolas.
Muchas palabras extranjeras se han incorporado al caudal léxico
del español porque han experimentado variaciones formales para
adaptarse a nuestro sistema fonológico, ortográfico y morfológico.
Este proceso de aclimatación de los extranjerismos contribuye a
preservar la coherencia de nuestro sistema lingüístico y a mantener
la fuerte cohesión entre grafía y pronunciación propia del español.
Los extranjerismos que se han adaptado se consideran palabras
españolas a todos los efectos y no necesitan ninguna marca
especial.
Ejemplos:
beige, beis,
champagne, champán,
yogourt, yogur,
sequoia, secuoya
paddle, pádel
coctail, cóctel
Ya no será correcto escribir: catering, judo o manager si no
se hace en cursiva o entre comillas, con el fin de remarcar su origen
extranjero. Solo se puede escribir sin este recurso la forma
adaptada al idioma español de estas palabras, es decir: cáterin,
yudo y mánayer.
Los sustantivos propios pertenecientes a lenguas en contacto
con el español se acentuarán de acuerdo con las normas de esta
lengua solo en su forma hispanizada: Aránzazu, Echeverría,
Guipúzcoa (euskera: Arantzazu, Etxeberria, Gipuzkoa). No se
consideran admisibles las formas híbridas, que no son ni de una
lengua ni de otra.
-ORTOGRAFÍA DE LOS NÚMEROS CARDINALES
Se considera de obligado cumplimiento que se emplee un
espacio en blanco para separar los grupos de tres dígitos en los
números de más de cuatro cifras. No debe utilizarse ni el punto ni la
coma para separar los grupos de tres dígitos en la parte entera de
un número porque se han producido casos de ambigüedad debido
al diferente uso en países distintos. Para esa separación solo se
admite un pequeño espacio en blanco: 7 315 857 solicitudes,
5 500 páginas.
Esta separación es inadmisible en los números que designan
los años: 2011, páginas: página 12308, códigos: apartado de
correos 17903.
Cualquier signo que aparezca, tanto el punto como la coma, se
interpretará como marcador decimal: 0’43 = 0.43
La elección de cifras o palabras en la escritura de números
depende del tipo de texto, de la complejidad del número que deba
expresarse o del contexto de uso. En obras literarias y textos no
técnicos resulta preferible el empleo de palabras en lugar de cifras,
salvo que se trate de números muy complejos que exijan utilizar
más de cuatro palabras. En general, en los textos científicos,
técnicos y matemáticos se emplean las cifras. También se usan las
cifras, por concisión y claridad, en carteles, titulares, textos
publicitarios, códigos o identificadores, números que indican el año,
direcciones, números que indican medida, números que cuantifican
los elementos dispuestos en una lista...
Ejemplos:
-Acudieron veinte mil personas
-Dos quintos de los afectados respondieron afirmativamente
-Tiene cuarenta y dos años
-Te he repetido un millón de veces que no puedes llegar a las mil
-En organización es la número uno
-Acabo de coger el seis de oros
-2 botellas de leche y 3 de agua
-C. P. 89765
-DNI: 3578951
-El año 2000 fue bisiesto
-Llegaremos a 35º C
La ortografía de la lengua española es muy amplia y
existen muchas excepciones. Esta es una pequeña muestra. Es
conveniente acostumbrarnos a consultar habitualmente la
normativa ortográfica de la RAE para ir resolviendo nuestras
dudas.
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